¿Qué son las masillas de soldadura?
Las masillas de soldar se utilizan habitualmente para solucionar problemas en superficies de metal. Se suele referir a ellas como “pasta para soldar en frío”, ya que intenta imitar el resultado de una soldadura, pero sin recurrir a calor.
Es muy habitual utilizarlas como parches en radiadores, o para fabricar pequeñas piezas que requieran una forma o tamaño especial, y necesiten cierta resistencia. Se pueden utilizar también para sellar agujeros en zonas de agua.
Son muy polivalentes y fáciles de usar, y suelen sacar de más de un apuro en el hogar.
Generalmente, las masillas que se emplean para pegar o soldar metales, son resinas de dos componentes (resina + catalizador).
En este caso, no son resinas epoxi, sino resinas poliéster. Vienen presentadas en barritas, en un aspecto mucho más sólido.
Su utilización es bastante sencilla. Para su aplicación, se corta un trozo, el cual incluye la cola de contacto y el catalizador, y se amasa bien hasta conseguir un aspecto totalmente homogéneo. Dependiendo de la cantidad de cada componente, la masilla endurecerá más o menos lentamente, aunque suelen secar antes de 5 minutos. Si la mezcla no es correcta, puede que no endurezca completamente, por lo que hay que realizar el trabajo con mucho cuidado y atención.
Las masillas para soldar en frío suelen pegar en la mayoría de los metales, y una vez secas son bastante duras.
¿Qué tipos de masillas de soldadura existen?
Existen masillas para soldadura de metal, pero también para madera. Las dos tienen numerosas aplicaciones en el terreno de las reformas en Madrid. Las de madera suelen servir para tapar los desperfectos o los agujeros de la madera.
La aplicación en metales es más extensa. Se suelen utilizar para soldar tuberías picadas, o cualquier tipo de conducto metálico.
También se pueden moldear para conseguir una pieza de determinada forma que se necesite, ya que una vez se endurece, es bastante resistente.
Características de las barritas arreglalotodo
Suelen llamarse también de esa manera.
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Aguantan bien el calor y el frío (suelen tener una resistencia térmica de -30º a+150º.
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Aguantan bien la tracción (unos 50kg/cm2)
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Se adhieren a acero inoxidable, cromado y niquelado, aluminio, hierro y cobre.
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Aguantan líquidos y ambientes con humedad.
